lunes, 27 de febrero de 2012

La buena comunicación

¿Sabéis que es imposible no comunicar? Si, para el que no lo sepa la comunicación no son sólo las palabras que decimos (comunicación verbal), a lo que decimos hay que añadir lo que hacemos... ¡Y lo que no hacemos! (comunicación no verbal) Los silencios, las posturas, las miradas, los movimientos de nuestro cuerpo, etc. Todo suma. Y gracias a todo eso llegamos a conclusiones como si una persona nos cae bien o mal, si le importa al de enfrente lo que decimos, si molestamos. Pero también hacemos (o lo intentamos) que el otro se de cuenta de nuestro malestar ante su mensaje o nuestra alegría o nuestra indiferencia. Pensadlo.

Ahora, sabiendo esto, ¿cómo podemos mejorar nuestro día a día? ¿podemos hacer algo para ser más felices? Yo estoy convencido de que si. Para empezar podemos intentar que nuestro cuerpo acompañe a nuestro lenguaje, que no nos contradiga o que no nos contradigamos, eso en el fondo es salud. Y es que cuando nuestro cuerpo contradice a lo que decimos lo único que podemos generar es desconfianza, eso es mala comunicación. Pero si nuestro cuerpo acompaña a nuestras palabras incrementamos la sensación de confianza y de bienestar, eso es buena comunicación.

Por supuesto una de las mejores formas de comunicar es centrarse en los aspectos positivos, es decir, cuando usemos adjetivos, especialmente al referirnos a personas, centrarnos en esos aspectos positivos únicos de cada individuo (sabe escuchar, atento, animado, buen compañero, trabajador, etc). Cuando lo que oímos son adjetivos positivos no podemos sino sentirnos reconfortados y entramos en una dinámica similar que nos lleva a seguir en lo positivo. Eso es buena comunicación.

Hay una cosa que no podemos controlar: lo que entiende nuestro interlocutor, porque cada uno entiende lo que puede en función de muchísimos factores. Pero si podemos hacer por entender los mensajes de aquel en positivo. Pondré un ejemplo que siempre me ha gustado: si aparezco con un sombrero y tu dices: "¡Vaya un sombrero!" Tengo dos opciones. Opción 1. Entender: "¡Vaya birria de sombrero! ¡Estarías mejor sin él!". Y Opción 2. Entender: "¡Qué maravilla de sombrero! ¡Ojalá me diga dónde lo ha comprado!". Y elegir entre las 2 opciones sólo depende de mi. ¿Cuál crees que es la más sana?

Desde luego hay muchas más cosas que influyen en la comunicación y en qué ésta sea mejor o peor, pero creo que lo que he mencionado es lo fundamental: ver siempre el lado positivo de las cosas, tanto hablando como escuchando y no contradecirnos, que bastante difícil es que el de enfrente entienda lo que le quiero transmitir como para ponérselo más difícil.

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